Hace ya un tiempo que apareció en el mundo la tecnología 3D y poco a poco se ha incorporado en el mundo del cine, la televisión, los video juegos, la ingeniería y hasta la medicina. Esta innovación nos ha permitido visualizar, de manera casi real, objetos y escenas con la profundidad necesaria para que parezcan que son casi reales y que están efectivamente ahí, frente a nuestros ojos. Este lenguaje juega con la altura, el ancho y la profundidad, permitiéndonos viajar hacia cualquier parte del mundo, al espacio, hacia el interior del cuerpo humano o a universos de fantasía sin movernos de nuestro asiento
Buscando esa esa profundidad es que llegamos a la idea de intentar ver nuestro propio trabajo de otra forma, algo así como ponerlos los lentes correctos para observar nuestro día a día desde otro prisma. Así llegamos a la conclusión que era necesario ver el trabajo en 3D. Si, tal como suena, en Tres dimensiones que nos permitan asignar nuestros tiempos a aquellas cosas en las que verdaderamente podemos agregar valor.
Para facilitar su recordación, estas tres dimensiones son: Derivar, Delegar y Dedicar. Trataré de explicarme.
Tal vez el tema que más comúnmente trabajo en los procesos de coaching ejecutivo es el gestionar al equipo correctamente, logrando que hagan lo necesario, cumpliendo en tiempo y forma; y obteniendo los resultados esperados, sin ocupar en ello 14 horas al día. A mi parecer, parte fundamental de resolver lo anterior tiene relación con la organización de las tareas y la distribución racional y adecuada de estás.
Este trabajo, como es esperable, debe partir por uno mismo y como estoy gestionando mis propias tareas y cuales de ellas pudiesen no ser gestionadas directamente por mi.
Este tema se hace tanto más relevante cuando en la reflexión aparece, la necesidad de dedicar más espacio a si mismo, para el ejercicio, la meditación, el ocio, la recreación, o los hobbies que parecen haber quedado en el olvido, botados. La guitarra empolvada en un rincón, la caña de pescar o el skate arrumbados en la bodega, los zapatos de futbol perdidos en el fondo del closet. O cuantos libros comprados con la ilusión de algún día poder leerlos, pero que hoy son sólo bellos objetos de adorno en la biblioteca personal.
Entonces, revisemos cada una de estas dimensiones que nos permitirán darle una mirada distinta a nuestra colapsada agenda.
Cuando hablamos de Derivar nos referimos a no hacerse cargo de aquellos temas que deberían ser asumidos por otros o donde alguien mas podría hacerlo mejor y en menos tiempo. Esto suena fácil, pero cuando trabajas en algo que te apasiona existe la persistente tentación de estar en todo. Y te sientes con el derecho, pero sobre todo con las ganas de ser experto en operaciones, finanzas, marketing, diseño, RRSS, etc. Eso no humanamente posible. Entonces es extremadamente necesario analizar cuales de las tareas que hoy consumen mi tiempo podrían (o incluso deberían) ser traspasadas a otras personas o áreas dentro de la organización. Donde, de seguro, hay expertos que lo harán mucho y de manera más eficiente.
Cuando una tarea es derivada, con ella también se transfiere la responsabilidad sobre esta.
El ejercicio de Delegar es tal vez la tarea más compleja ya que requiere tener una visión de largo plazo que no siempre se logra tener en cuenta. Cuantas veces nos convencemos a nosotros mismos con el argumento “en lo que me demoro en explicárselo a otro, mejor lo hago yo”. Y claro, se logra hacer check rápidamente la tarea con buenos resultados, pero habrá otras tantas que no estarás alcanzando a hacer. Otras en las cuales efectivamente nadie puede reemplazarme. Entonces es obvio. la única manera de dejar de tener una lista de pendientes tan abultada es invertir en el equipo ¿en que? En traspasar a tu equipo las tareas para las cuales fueron contratados y que les permitirán aprender, crecer y avanzar en su carrera profesional.
Como efecto colateral deseado, lo anterior te permitirá generar espacios para dedicarte a realizar aquellas tareas en las cuales verdaderamente puedes agregar valor. A aquellas a las cuales tengo que Dedicar mi tiempo. Porque esa es la clave para identificar aquellas acciones que debiesen se y para dilucidar a esta interrogante uno debe responder la siguiente pregunta clarificadora ¿esta tarea se la puedo enseñar a alguien mas? Si la respuesta es si, entonces la delego. Si la respuesta es no entonces es a esas tareas a las que debo dedicarme. ¡Fácil! dejar de asumir trabajos que debiesen ser traspasados al equipo, o incluso, a otros equipos de la organización a la que se pertenece.
Todo lo descrito puede sonar obvio, pero cuando en el pasado tuviste que hacer todo tu mismo, cuando eras un circo pobre, entonces no solo te acostumbras a hacerlas todas, sino que además lo disfrutas, te llena y sobre todo te refuerza positivamente. Pero cuando creces esa visión se torna plana y restringida. Es ahí entonces donde debes ponerte tus lentes especiales y comenzar a ver el trabajo en 3D.